El primer día, después de que la nutricionista vio mi examen de sangre -donde se ve que tengo que bajar mi colesterol a la mitad, pasé al supermercado dispuesto a hacer caso de sus indicaciones. (Me sentí como en ese programa No Te Lo Pongas, donde un desubicado trata de escoger la ropa que mejor le queda)
Lo primero fue un paquete de Tortillas de Trigo Bimbo. Ella me sugirió la marca y todo.
Además recordé que me encanta el palmito, así que compre una lata.
Hice una esmerada y fina selección basándome en las calidades más importantes de tan exquisito producto. O sea, compre el que encontré más barato. Al final resultó que sabe realmente delicioso, mejor que los de frasco de vidrio.
Para agregar algo de "carnita" (proteína, diría la nutricionista) seleccioné un atún en agua. De nuevo, hice gala de mis conocimientos gourmet y escogí una lata con abre-fácil, una de las características más importantes en un atún.
Finalmente, un Te Frío Tropical light ... pues, no sabe delicioso, pero está muy bien para ser light.
En cuanto llegué al apartamento procedí a elaborar mi nueva creación culinaria. O sea, abrí la lata, la bolsa y armé unos gallos (o burritos). Como ya saben, no me gusta mucho cocinar.
El atún me alcanzó para casi 3 gallos. Para sentir algo crujiente, sucumbí de nuevo a la tentación de poner un poquito de Toreaditos en el plato. Eso y el te Frío fueron una buena cena.
Realmente sí me quedó rico, y creo que mi nutricionista lo aprobaría (bueno, ella no tiene porque saber sobre los Toreaditos...)
No soy chef ni nutricionista. Solo sé que
¡Mi Corazón Tiene una Misión!
Muy tica la dieta!! :)
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